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Carlos Santamaría y la universidad en Gipuzkoa

Carlos Santamaría Ansa, el que al cabo de una larga e intensa vida sería considerado como gran pensador, pacifista, propulsor de la cultura vasca y motor de un movimiento intelectual para idear la nueva Europa, apenas culminaba su titulación en Ciencias Exactas en la Universidad Central cuando manifestó su vocación docente y su preocupación por la carencia de Centros de Estudios Superiores en el País Vasco. Corría el año 1931 cuando, junto con José Oñate Guillén, catedrático de Matemáticas en el Instituto de Segunda Enseñanza de San Sebastián, tuvo la idea de crear en esa ciudad un centro que promoviera los estudios científicos, en la línea del más puro posibilismo.

Desde su creación en 1918, Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos se esforzó por lograr una Universidad para el País Vasco, pero sus iniciativas no lograron éxito. Sin embargo, el advenimiento de la República despertó renovadas esperanzas. En ese contexto, Carlos Santamaría planteó sus inquietudes al prestigioso matemático Julio Rey Pastor, catedrático en la Facultad de Ciencias e Ingeniería de Buenos Aires, quien a la sazón dirigía su tesis doctoral. Le hizo ver que quizá Eusko Ikaskuntza pudiera patrocinar otro nuevo esfuerzo pro-universidad. Rey Pastor, de viaje hacia Madrid, ciudad por donde todos los años se pasaba, sin perder tiempo escribió desde el barco a Eusko Ikaskuntza con fecha 10 de marzo de 1932, solicitando su apoyo junto al de Diputación y Ayuntamiento para organizar “un pequeño centro de estudios matemáticos”.

Carlos Santamaría Ansa

Carlos Santamaría Ansa.

Santamaría y Oñate unieron a esa carta unas observaciones tales como que creían que lo que se proponía debiera denominarse CENTRO DE ESTUDIOS CIENTÍFICOS (CEC) para tener “cabida en él otras Ciencias, en especial las de aplicación a la técnica”; y que dispusiera de laboratorios, biblioteca y otras instalaciones que permitieran aprovechar la “oportunidad para la creación de una Universidad”.

Entregados estos escritos el 27 de marzo, al día siguiente la Junta Permanente de Eusko Ikaskuntza aprobó la propuesta en todas sus partes y el 28 de mayo se fundó el “CEC” en medio de gran entusiasmo con asistencia de representantes de “todas” las instituciones y personalidades guipuzcoanas. Los Estatutos fueron presentados para su aprobación en el Gobierno Civil el 11 de junio. Fueron modificados seguidamente para mejor acomodarlos a los objetivos y a las experiencias adquiridas en la fase inicial.

Se crearon cinco Secciones científicas cada una con sus responsables, y se nombraron los miembros de la Junta directiva: como presidente Oñate y para tesorero Santamaría que además asumieron las presidencias de las Secciones de Ciencias Aplicadas y Matemáticas respectivamente. Inmediatamente comenzaron a publicar una revista. Cursos, conferencias y demás actividades empezaron a sucederse. El CEC llegó a contar con más de 300 socios, la mayoría de San Sebastián o Guipúzcoa, en su mayor parte titulados universitarios. Contó con la subvención de Diputación, Ayuntamiento, Cámara de Industria y la Liga de Productores. Además, la Diputación le cedió parte de la Alhóndiga, en la calle Blas de Lezo 1 y costeó las obras de adaptación de los locales. Todo esto se truncó por la Guerra Civil.

Al cabo de ella, Carlos Santamaría emprendió de nuevo la labor de preparar a sus alumnos para su ingreso en la Escuela de Ingenieros Industriales de Bilbao y en 1940, junto con Javier Elosegui, suscribió un contrato con los jesuitas para la creación del CENTRO DE ESTUDIOS SUPERIORES (CES), para lo que contaron con parte del profesorado del CEC y sus instalaciones. Así, la semilla sembrada ocho años antes con Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos (entidad que también creó con gran éxito internacional los Cursos de Verano dirigidos por Ángel Apraiz), creció y dio nuevos frutos en aquellos difíciles tiempos gracias a los trabajos de Santamaría. Además del Preparatorio ya citado, en el CES se estudiaban las asignaturas de la licenciatura de Derecho, los primeros años de Medicina y yo mismo hice gran parte de los de Ciencias Químicas. Entre los profesores que recuerdo para los distintos cursos, además de los dos arriba citados: Pagola, Azpiroz, Muguruza, Umerez, Tejada, Zaragüeta, Silván, M. Santamaría, Villar y Astiazarán.

Aunque escape al registro de sus actividades docentes y promotoras de la educación superior, no queremos dejar de citar aquí las Conversaciones Católicas Internacionales de San Sebastián, celebradas entre 1947 y 1959, cada verano, con participación de pensadores católicos procedentes de diversos países. Su secretario y principal animador fue Carlos Santamaría, quien con la protección dispensada por el Ministerio de Asuntos Exteriores, a cuyo frente se hallaba Alberto Martín Artajo, creó ese espacio de pensamiento crítico, de enriquecedor intercambio de puntos de vista entre lo más granado del catolicismo reformista europeo.

Continuó Santamaría su gran labor docente hasta que en el curso 1960-1961 abrió sus puertas el centro de enseñanza superior Estudios Universitarios y Técnicos de Guipúzcoa (EUTG) en los que asumió el decanato de Ciencias. En El Diario Vasco del 7 de febrero apareció un artículo titulado “Estudios Superiores” firmado por Santamaría en el que hacía historia del CEC y reivindicaba los estudios allí iniciados patrocinados por Eusko Ikaskuntza en Economía, Física, Química, Matemáticas y Ciencias Naturales. Por entonces, era yo delegado en Guipúzcoa del ANQUE (Asociación de Químicos) y me interesó muchísimo el “manifiesto” por lo que inmediatamente le telefoneé para adherirme y ponerme a su disposición para colaborar en algún proyecto que pudiera surgir de estudios superiores de Química. Poco más tarde, en 1963, en el seno de la ACPF (Asociación de Padres de Familia), animados por su presidente Barriola y el consiliario Yarza, empezó a tomar forma la inquietud por lograr la creación de unos estudios universitarios; el 24 de agosto solicitaron al Ministerio de Educación una Escuela de Arquitectura para San Sebastián. En 1967 crearon el Patronato pro-Estudios Universitarios de Guipúzcoa cuya reunión constitutiva tuvo lugar el 21 de enero de 1968, siendo elegidos para su Junta directiva como presidente el que lo era de la Diputación, vicepresidente el alcalde donostiarra y secretario Barriola; como vocales Agud Querol, Amorós, Santamaría y Yarza.

Donostia, acto homenaje a D. José Miguel de Barandiarán en la clausura del curso de IVAC, 1978/1979

Donostia, acto homenaje a D. José Miguel de Barandiarán en la clausura del curso de IVAC, 1978/1979. José Antonio Doral, José Miguel de Barandiarán, Xabier Aizarna, Carlos Santamaría, Blanca Ibarburu, etc.

Ya para entonces, en los EUTG había germinado la idea de crear una Escuela Superior de Petroquímica. Elaborado un anteproyecto (1968), se presentó al Presidente del Instituto Nacional de Industria, a los ministros de Educación y de Industria y al Director General de industrias Químicas de los que se recogieron pronunciamientos muy favorables. Constituido el Grupo Promotor por los señores Aranzadi, Astiazarán (Secretario), Lasarte, Carlos y Joaquín Machimbarrena, Muguruza, Olaizola, Pagola, Pérez, Ruiz-Cámara y Santamaría, después de varias reuniones y recordando los “pasos” seguidos por el CEC, a iniciativa de Muguruza se ofreció en abril de 1970 el proyecto a José María Aguirre Isasi, Presidente de la Cámara de Industria quien lo acogería con el mayor interés, dado que atendía a las necesidades detectadas en el país en un reciente informe encargado a la consultoría “Metra-Seis”.

El 20 de junio de 1970 la Cámara de lndustria publica el anteproyecto y plan de estudios para la “Escuela Técnica Superior de Petroquímica” en cuya redacción también participaron expertos franceses. El 27 de julio se constituye una Comisión Mixta (Cámara de Industria y Grupo Promotor) con la misión de llevar adelante el proyecto. Se forman dos subcomisiones: Técnica y Política. Se convoca una asamblea de empresas guipuzcoanas. Se celebran encuentros con las empresas por zonas geográficas. Se edita un díptico con el proyecto. Entrevistas con el Ministro de Educación y el Director General de Enseñanza. En marzo de 1972 el Pleno de la Cámara acuerda crear un Patronato para la Escuela y elaborar sus Estatutos. Entrevista con el Rector de la Universidad de Valladolid. En octubre de 1972 se distribuyen 8.000 folletos a las empresas en demanda de apoyo económico. Además, desde que la Cámara se incorpora lleva celebradas en lugares y a distintos niveles más de veinte reuniones para tratar de este proyecto. Actividad frenética como se puede apreciar.

El 10 de febrero de 1973 se reúne el patronato pro-Estudios Universitarios de Guipúzcoa (asiste el Patronato de la Escuela). Otras reuniones en febrero. Más reuniones en marzo para ultimar el trabajo encomendado a la Cámara en relación con las Facultades de Ciencias Químicas e Informática. El 19 de febrero el Pleno de la Cámara es informado de los acuerdos de los Ayuntamientos para apoyar económicamente la Facultad de Ciencias Químicas, especialidad de Petroquímica y el 12 de mayo de 1973 se firma en el Gobierno Civil, participando la Cámara, el Acta de Compromiso de las Facultades de Petroquímica e Informática.

Entrega del Premio Manuel Lekuona de Eusko Ikaskuntza a Carlos Santamaría

Donostia, 1991. Entrega del Premio Manuel Lekuona de Eusko Ikaskuntza a Carlos Santamaría. Iñaki Barriola, Carlos Santamaría, Imanol Murua, Joxe Azurmendi, Edorta Kortadi.

El B.O.E. del 13 de septiembre de 1973 publica la creación en Guipúzcoa de una Facultad de Ciencias Químicas, especialidad de Petroquímica. El 13 de diciembre, acto de agradecimiento de la Cámara, con asistencia de las autoridades, al Grupo Promotor por su trabajo en el proyecto hecho realidad.

En enero de 1974, la Junta de la Cámara decide proponer la candidatura de Olaizola para Diputado, encomendándole el seguimiento desde la Corporación de las gestiones inherentes a la buena marcha del proyecto. La Diputación asumió participar en la selección de algunos docentes que podrían ser “claves” en la puesta en marcha de la Facultad así como en su incentivación económica. También se responsabilizó de gestionar la disposición de locales e instalaciones para su puesta en marcha en octubre de 1975, dirigida por Martín Guzmán.

En 1976 se aprueban los Estatutos de la Fundación pro-Facultad de Ciencias Químicas de Guipúzcoa, participada por tercios: Diputación, Ayuntamientos y Cámara de Industria. En 1978 y 1979, la Cámara sigue gestionando la colaboración financiera de las empresas a favor de la Facultad, ofreciéndoles incluso el reembolso de las cantidades aportadas.

Como se puede apreciar, la intervención de la Cámara de Industria fue relevante y si alguien puede considerarse pionero, docente infatigable y omnipresente gestor de cuantas iniciativas e ideas se desarrollaron para la instauración de la Universidad en Guipúzcoa, en medio siglo XX, ese es Carlos Santamaría Ansa.

Por ello Eusko lkaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos, que compartió con él esas inquietudes, se adhiere con entusiasmo al propósito de unir su nombre a la erección de la Biblioteca central en el campus Universitario de San Sebastián.

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